martes, 30 de agosto de 2022

De vuelta!! Cocina de leña actualizada


Hace tanto que no paso por el blog, que no recordaba ni cómo se entraba...

Pero septiembre siempre es época de cambios y proyectos, y he recordado lo feliz que me hacía compartir con vosotr@s aquello que me gusta, la cantidad de gente amable y con las mismas aficiones que he conocido...
La cantidad de mensajes que recibí de ánimo cuando os conté aquí la delicada intervención de mi hija... o cuando tuve que hacer frente a una situación inesperada y compartí con vosotras mi paisaje de casitas... solo tuvisteis palabras de cariño.


Así que intentaré sacar tiempo para seguir compartiendo mis proyectos en el blog y en redes sociales. Porque, aunque lleve un tiempo desconectada, mis proyectos no han parado... todo lo contrario. De hecho, creo que ese es el motivo de la falta de tiempo para escribir.
Os conté por aquí el nuevo proyecto en el que me había embarcado con mi marido, le hemos dedicado todo nuestro esfuerzo y tiempo y ya está felizmente en marcha desde hace un par de años. Aunque seguimos haciendo mil cosas que se nos ocurren, ya es más relajado.
Desde aquí os animo a no dar casi nada por perdido, os contaré los secretos sobre el antes y el después de tantas cosas antiguas renovadas que ahora lucen una nueva vida.


Uno de los cambios más sorprendentes fue la transformación de una antigua cocina de leña en la moderna cocina de la casa, con una placa de inducción.





La cocina de leña estaba abandonada en un rincón, muy deteriorada, y utilizada como mesa de apoyo.
Lo primero fue quitar la parte de arriba, la de los fuegos (y guardarla, por supuesto) y pintar toda la cocina con pintura para hierro negro mate.





La parte dorada es de latón, con lo que sólo hubo que limpiarla y pulirla a conciencia.













Compramos una encimera de cocina en Leroy Merlín, lo más parecida posible al hierro, y le encastramos una placa de inducción sacando el cable haciendo un pequeño taladro por detrás.


El resultado no nos puede gustar más!!






Gracias por vuestras visitas y comentarios. Recuperaremos el tiempo perdido, tengo mucho que contaros!!

Un beso y hasta pronto!!

















lunes, 24 de junio de 2019

Renovando: Puertas y Recibidor


Cuando os hablé del proyecto en el que estábamos trabajando os dije que había mucho por hacer… No os imagináis cuánto. La idea base siempre ha sido respetar el espíritu de la casa, actualizándola a los tiempos que corren pero conservando todos los detalles que la hacen especial.


Uno de estos detalles son las puertas interiores… Son antiguas, de 2 hojas en cada hueco de puerta, y en muchas de ellas las manillas son de porcelanaJ. Nos  encantaban, pero el color, no. Eran marrón chocolate, con mil manos de pintura.  Así que, después de varias pruebas, el color elegido fuée… Siiiiiii, que hago? Esto ya es casi patológico!! GRISSSSS J
En serio que quedan preciosas, vimos un montón de ellas en Pinterest antes de decidirnos y quedaban genial. Y le han dado a la casa un aire antiguo pero renovado. La pintura que hemos usado es Gris Vanidad, de Mary Paint. Así hemos pintado todas las puertas de la casa… unas 18 hojas…la verdad que se hace pesado, pero merece la pena. Sólo con eso la casa tiene otro aire.

 En el salón hay 3  puertas con 2 hojas cada una, más una alacena antigua… demasiadas. Así que las hemos integrado en el salón poniendo unos relieves en las puertas con masilla


y encerando como si fueran muebles empotrados en lugar de puertas de paso.



 Y este es el efecto que tienen ahora...










Y también hemos seguido renovando los muebles con pintura. Empezando por el recibidor de la casa, donde se encontraban estas dos sillas y esta consola.


Serán los encargados de dar la bienvenida a los huéspedes que vengan a disfrutar de su tiempo libre en esta preciosa casa. Así que merece la pena dedicarles un poco de atención y decidimos pintarlos con el color Visón de Mary Paint.




Me encanta el resultado. Es increíble como unos muebles con poco estilo y pasados de moda se actualizan y cobran protagonismo sólo cambiando de color.
Las sillas, primero pensé tapizar el asiento, pero finalmente hice unos cojines con lino dónde pinté las rayas de los sacos antiguos con Mary Paint Gris Vanidad 





y quedaron así de bonitas…







Y cambiamos los tiradores de la consola por éstos de Zara Home. Y colocamos una alfombra de yute, para hacerlo más acogedor…

Otro cambio asombroso con un presupuesto pequeño y mucha intención, como casi todo en la vidaJ



Gracias por vuestras visitas y comentarios. Atent@s que seguimos… tenemos que recuperar el tiempo perdido y tengo mucho que contaros!!

Un beso y hasta pronto!!

 

domingo, 9 de junio de 2019

Paisaje de casitas







Hoy os traigo un trabajo de aplicaciones pequeñas. Es muy laborioso, pero precioso de hacer.



Necesita su tiempo, yo he disfrutado haciéndolo y le tengo mucho cariño porque os puedo decir que me ha salvado en un mal momento.
A veces, cuando menos te lo esperas, la vida te sorprende y no precisamente con algo agradable. Ahí estaba yo, escribiendo sobre mi querido Camino de Santiago, ilusionada con un proyecto de turismo rural con mi marido...Y entonces llega algo que hace que tu mundo se tambalee... un terremoto. Y tu vida se para en seco... Y es en esos momentos cuando las pequeñas cosas cobran un sentido fundamental... una cerveza en la mesa de la cocina, el sol de otoño en un rincón de la terraza, una charla con tus hijos, un maratón de series en el sofá...
Gracias a Dios, todo ha pasado ya, pero en aquellos días estuve varias semanas sentada en un sofá casi sin poder mover el brazo derecho. Y este pequeño trabajo fué mi compañero de sofá durante ese tiempo...


Me ilusionaba el poner otro árbol, otra casita... y como es pequeño pues podía manejarlo perfectamente con el brazo pegado a mi cuerpo. Puede parecer una tontería, pero me agarré a esto para no venirme abajo.
El proyecto lo empecé en clases de patchwork y se trataba de sólo el lado del paisaje doblado a la mitad.


Como lo acabé antes de poder moverme, diseñé la otra mitad, reproduciendo el paisaje sólo en un círculo.



Hice las dos partes, les puse guata y acolché con alcolchado pequeño, tenía todo el tiempo del mundo:), aprendí a hacer algunos puntos fáciles de bordado... las uní al fondo y les puse un forro y una cremallera.



Para terminar le puse una ondulina para tapar la costura de la cremallera y un pequeño borlón de lana.


Esta es la importancia de las pequeñas cosas, pueden salvarte de un mal mayor. Y nos ayudan a ver lo importante en ellas.


Espero recuperar el tiempo perdido y contaros muchas cosas más.

Gracias por vuestras visitas y comentarios.
Un beso y hasta pronto!!

jueves, 20 de septiembre de 2018

El Camino... la mejor versión de tí mismo


De vuelta ya de vacaciones, hoy no vengo a hablaros de pintura ni de costura, ni de ninguno de los temas que suelo compartir en el Blog… pero sí de algo que puede ayudar a ser más feliz y que es una de las experiencias más bonitas que he vivido… El Camino de Santiago.
La ruta de peregrinación más famosa de la historia…
 
En 2016 hicimos, con  unos de nuestros mejores amigos, el tramo desde Sarria del Camino Francés. Nunca me había planteado hacerlo, a pesar de tener gente muy cercana enamorada del Camino.
Me parecía un rollo pasarme una semana de mis vacaciones andando con una mochila a la espalda… Pero a raíz de unas circunstancias especiales, decidimos hacerlo... Y nos atrapó.






Volvimos a casa soñando con volver… y hemos vuelto!!
 Esta vez hemos recorrido el Camino Portugués, que une Lisboa con Santiago, el tramo desde su entrada en España por la fronteriza ciudad de Tui. Y esta vez nos ha conquistado para siempre.
Podría contaros las etapas que hemos recorrido, los alojamientos, lo bien que se come en esa tierra e incluso daros consejos para antes de empezar… pero eso podéis encontrarlo en muchas webs que son estupendas y mucho más expertas… yo prefiero hablaros de lo que es para mí la esencia del Camino.
Hay tantos motivos como peregrinos para hacerlo: fe, deporte, conocer gente, olvidar problemas e incluso, casualidad… Y parece algo, en apariencia, sin demasiada importancia…
Te trasladas al punto de partida, preparas una mochila, le cuelgas una concha de vieira que te identifica como peregrino, madrugas y empiezas a caminar…


Y caminas por la misma ruta que llevan siglos pisando los peregrinos… te adentras en los bosques gallegos y te envuelve el olor a eucalipto y a tierra mojada. Y empiezas a mirar cara a cara a la paz que allí reina, y te va empapando…

Poco a poco, etapa a etapa, ese yo interior va saliendo del rincón donde estaba atrapado por las prisas, el exceso de consumo, de responsabilidades y de exigencias personales.
Tomas conciencia de tu vida como si estuvieras volando sobre ella, a vista de pájaro. Y te planteas cuestiones o decisiones que desde dentro es imposible tomar... Como si ya no fueras parte implicada,  como si fuera la vida de otro y le estuvieras dando un consejo de amigo.





Y pasas caminando por aldeas, de gente de vida sencilla. Gente humilde que en su huerto y su pequeño remolque te sonríe y saluda “Buen Camino”. O te dicen que no queda tanto, que tengas cuidado, porque hoy hará calor…
Y se te hace un nudo en la garganta, porque ahora para ellos eres alguien de la casa, un peregrino a Compostela. Casi nada.
La transformación interior que se produce en el Camino  sólo la entiende el que lo ha recorrido.
Allí encuentras personas buenas, de las que parece que ya no quedan en este mundo, dispuestas a ayudar y a dar a cambio de nada.
Te sorprende el espíritu de hermandad que reina entre los peregrinos, el saludo entre ellos siempre va acompañado de una sonrisa… algo raro hoy en día.
Y parece que todo lo bueno que tienes dentro sale a flote, para ir dejando en las cunetas (donde crecen, por cierto, las hortensias azulesJ) todo aquello que consideramos primordial en nuestra vida y que, realmente, es superfluo.
Es lo más parecido al Mindfullnes (Atención Plena, Parar la mente y ser Consciente del momento Presente) que conozco. Pero sin asistir a ninguna sesión en un sitio especializado… la sesión es intensiva, porque dura lo que dura el Camino… y el lugar, la ruta de las estrellas.
Así, la persona que empezó ese Camino, andando el primer día con su mochila al hombro, y la que llega a la Plaza del Obradoiro casi nunca  es la misma.
Es una persona transformada en la mejor versión de sí misma.
La llegada a Santiago, la Gloria para el peregrino, te provoca una sensación de plenitud difícil de explicar... Es un día feliz y triste a la vez. Una mezcla de satisfacción por un reto conseguido y melancolía por dejar de vagar por esos caminos, siguiendo la ruta de las flechas amarillas.
Porque la verdadera Meta es el Camino… cada paso, cada lugar, cada persona con la que te cruzas y, sobre todo, cada momento.
Y cuando este Camino te ha atrapado, sólo puedes empezar a preparar el siguiente.
Bendito Camino.

Vuelvo en nada, contando los progresos de los viejos muebles que estamos intentando recuperar para el proyecto que tenemos entre manos y que os conté aquí. Que también ha habido mucha brocha estas vacaciones…

Gracias por estar ahí.

Un beso y hasta pronto!!